S I N S E N T I D O S S I N C R I T E R I O

todo es mentira excepto lo que no queremos ver

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sábado, enero 05, 2008

la vecina del quinto

el capitán fonzollo lleva un tiempo reciclando la basura. no es que tenga ningún tipo de fijación ecologista, ni mucho menos, pero por algún motivo ha hecho mella en él la corriente responsable y respetuosa con el medio ambiente que se viene dando en los últimos tiempos

cosas más raras se han visto

hay un problema con el reciclaje y es que los fabricantes de bolsas de basura no se han adaptado al cambio. esto es, en el momento en que separamos papel, cartón y plástico, ¿qué es lo que va a parar a nuestro entrañable cubo de la basura? pues restos orgánicos: huesos de pollo, la última naranja que siempre se echa a perder, cáscaras de huevo, la salsa que sobra cuando no queda más pan, y esas cositas horribles que salen de tropezón en los frosties de kelloggs. ¿y cúal es la consecuencia? que el peso de la bolsa se dispara. las asas de plástico tienen que soportar una carga para la que no están diseñadas, y entonces puede haber problemas

bajaba esta semana el capitán fonzollo por la escalera de su casa con unos diez kilos de restos orgánicos clavándose en su mano cuando, al girar en el rellano del segundo, sucedió la catástrofe: la bolsa cedió ante el peso excesivo, y con un "chof" pastoso y maloliente el suelo quedó cubierto de putrefactos resíduos alimenticios... los instantes iniciales de juramentos y blasfemias no solucionaron nada, y al cabo de unos minutos la basura seguía perfumando el rellano

venciendo su asco, el capitán fonzollo se agachó y empezó a introducir los restos de comida en lo que quedaba de bolsa, intentando aspirar al arrojarlos y expirar al cogerlos. el ruido de la bolsa cayendo al suelo seguía retumbando en su mente, y es por esto que no se percató de una presencia que subía por la escalera y que, al verse el percal, se apresuró a remangarse para ayudar. la mano era larga y delicada, con los nudillos marcados y las uñas comidas hasta arriba. pertenecía a una vecina con la que nunca se había cruzado, y es que más tarde supo que hacía unos turnos muy raros en una clínica estética. a ella desde luego no le hacía falta que le operaran nada, porque estaba tremenda. con una sonrisa y muy lentamente dijo: "yo te ayudo, no te preocupes", y justo en ese momento el capitán fonzollo comenzó a preocuparse seriamente

2 comentarios:

Joan Guarch dijo...

...que momento más romántico...y tú, con las manos pringadas...ay capitán, no me cambiarás nunca...

EL CAPITAN FONZOLLO dijo...

es un don :)