S I N S E N T I D O S S I N C R I T E R I O

todo es mentira excepto lo que no queremos ver

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jueves, agosto 28, 2008

el bernardino

Si uno se fija ahí enfrente, entre los tejados y el cielo, con los ojos muy quietos enfocando a una distancia media, las manchas de azul y marrón se deshacen en la retina como si cruzara una cascada con los ojos abiertos. Las siluetas se deforman y en el calor del momento se funden con el aroma que sube contoneándose desde el plato hasta rodearme. Degusto el aire, recreándome en la lentitud de mi boca al recibir un primer bocado que, para no ser menos, licúa su sabor al sólo contacto con mi paladar. Sopla una brisa muy leve para evitar que me pierda con tanta humedad, porque aquí son muy sabios y los momentos así prolongados gustan mejor. En esta tesitura, el vino se presupone purpurado y voluptuoso. Exacto, así. Devolviendo la copa a la mesa, me dejo caer hacia atrás. Hay un gesto de aprobación a través del cristal, suave como la sonrisa que me trajo hasta este lugar.



1 comentario:

Joan Guarch dijo...

...santé...