S I N S E N T I D O S S I N C R I T E R I O

todo es mentira excepto lo que no queremos ver

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viernes, agosto 15, 2008

FAQ - consultorio cívico


¿Por qué hay gente a la que no le importa ir chocando con los demás por la calle?

Todos los conocemos. Son personas que, ignorando las leyes básicas de la física, piensan que es posible cruzarse con otros transeúntes ocupando el mismo volumen espacial sin que se produzca colisión alguna. No realizan ningún esfuerzo por evitarla, y dejan a los reflejos de su oponente la tarea de buscar trayectorias no coincidentes, que en algunos casos pueden suponer bajar a la calzada justo cuando pasa el 64, empujar a un abuelito cojo, pisar una caca de gos o restregar la camisa blanca contra la pared del edificio adyacente. La respuesta a este curioso fenómeno es bien sencilla: todos los seres humanos poseemos una glándula, ubicada en el pie izquierdo, que es capaz de variar la orientación de nuestros pasos para evitar un obstáculo al caminar, incluso aunque el cerebro no se haya dado cuenta de su presencia. Pero hay personas que, debido a una malformación genética, no poseen esta glándula, y son precisamente los arriba descritos los sujetos afectados por dicha malformación. Se la conoce como glandulae imbecilis, o glándula de la buena educación.


¿Por qué algunos escotes veraniegos son tan absolutamente exagerados?

Esto es debido pura y llanamente a un afán de llamar la atención. Por mucho calor que haga, no se entiende la utilidad de llevar prendas que permitan a una gota de sudor nacida en la papada alcanzar el ombligo sin ser interceptada por ningún trozo de tela. Esto no es necesario mamita, es grotesco, es de mal gusto, y vas a pasar calor igual por la acción directa del sol en tu piel. Si de ponerse morena se trata, a la playa patos y allí enseñas lo que quieras. Pero si coincidimos en el vagón de metro, donde por cierto no hay sol y hace un frío de la ostia, no metas tus sudorosas tetas debajo de mis narices porque me ofuscan. No hace falta, de verdad. Y si quieres poner cachondo al personal, recuerda, menos es más.


¿Por qué los taxistas no respetan las normas de tráfico?

Da igual, no intentemos entenderlo. Alguien que es capaz de escuchar la cadena cope durante 10 horas seguidas no merece odio, sino compasión. Sus cerebros están devastados y les resulta imposible alcanzar un mínimo nivel de coordinación psicomotriz. Si un taxi se cruza en vuestro carril de forma imprevista no le pitéis, saludadle con la mano para que vuestro cariño le ayude a esforzarse un poco más en la próxima intersección. Si un taxista os hace bajar del coche a mitad de trayecto con cualquier excusa derivada del tema de vuestra educada conversación, no os alteréis, insistid en pagarle el importe acumulado y recordadle que jesús es el camino. Si un taxista os regala folletos de su secta, agradecedlo sinceramente y deseadle un feliz viaje de vuelta al manicomio. Los taxistas nos necesitan, hagamos un esfuerzo por ellos. ¿Acaso no hay veces que cuando aparece uno, lo besaríamos? ¿Qué mejor signo de la existencia de un ser superior? La cope lo anunció primero.


1 comentario:

Anónimo dijo...

los taxistas holandeses son de la misma pasta..potentes ondas de la cope sin fronteras