S I N S E N T I D O S S I N C R I T E R I O

todo es mentira excepto lo que no queremos ver

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martes, agosto 19, 2008

frío

Demasiado apático para emitir un quejido. La mirada somnolienta apuntando muy a través de la pantalla, a un lugar tan lejano que está más allá del futuro, y en el que por tanto no hay nada. Así, lleno de nada, cuento los minutos como quien cuenta tonos de gris en el lúgubre cielo. Los únicos ruidos provienen de máquinas, y la ausencia de palabras es una losa que me aplasta el cerebro impidiéndome pensar. Hay nuevas corrientes pero viejas rutinas. Las jóvenes pescadillas pierden el ímpetu, cansadas de nadar engañadas hacia un remolino donde la única opción es hincar los dientes en su propia cola. Cada vez hay menos papeles en la mesa. No me interesa apuntar nada porque las pocas palabras que necesito caben en un suspiro. Pero aquí nadie suspira. Aquí la gente susurra en el auricular, separados por escasos metros, intentando averiguar por dónde vendrá el próximo movimiento, como viejos de un pueblo remoto sentados junto a la carretera. Aquí la gente se congrega alrededor de un teléfono para escuchar a uno a quien no le importan las cosas importantes. Aquí las ventanas no se abren, y el puto chorro de aire acondicionado perfora el ambiente con su soplido paralizador. Hace frío en el infierno. Hace un frío de cojones en el edificio inteligente. Pero no hay que desesperar, porque somos afortunados. Cuanto más inteligente es el edificio, más tontos son los afortunados que renuncian al calor, a los suspiros, al futuro y a las ventanas abiertas.

1 comentario:

Joan Guarch dijo...

...en un edificio inteligente el más tonto de los tontos es el gerente...