S I N S E N T I D O S S I N C R I T E R I O

todo es mentira excepto lo que no queremos ver

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miércoles, septiembre 03, 2008

no me chilles que no te veo

Cuenta la leyenda como hace muchos siglos, en el lejano oriente, un monje subía cada día a lo alto de la montaña en prueba de su devoción por viru-hito, el dios de la no-lógica, para poder hablar con su señor lejos del ruido de los hombres, en un diálogo puro adornado de silencio. Era viru-hito un dios de gran predicamento y no excesiva organización, y aunque hacía los posibles por devolver las plegarias de todos sus fieles, a veces le resultaba imposible. Había, pues, días en los que el monje volvía cabizbajo de la montaña, sin el eco sereno de la voz de viru-hito aliviando las dudas de su alma y el dolor de sus pies. Poco importaba, ya que a la mañana siguiente su fé resplandecía con la fuerza del nuevo día, y el monje emprendía de nuevo el ascenso, empujado por la magia irracional de su amor por viru-hito.

Un día, viru-hito se asomó a la montaña, como casi siempre hacía, y comprobó con sorpresa que el monje no estaba. Era la primera vez que esto ocurría, y temió viru-hito haber perdido a su más devoto seguidor. Aunque sabía que él no era un dios infalible, amaba realmente a todo aquel que le amaba. El dolor formó una lágrima con forma de monje en el corazón de viru-hito. Al día siguiente, el dios de la no-lógica volvió a asomarse a la montaña. Allí estaba el monje, en lo más alto, con la alegría por ver a su señor ocultando el cansancio de su rostro.

- Ayer me conmovió no encontrarte -dijo viru-hito-, pensé que tu fé se había marchitado
- Mi señor -contestó el monje-, sabes que la fuerza de mi amor no conoce límites
- Temí que mis ausencias te hubieran hecho desistir, después de todo no es fácil subir la montaña cada día. Sería lógico que te cansaras, y no te culparía.
- Mi señor, si buscara la lógica no tendría necesidad de adorarte. Pero tú me das algo que no puedo explicar y que necesito como el respirar.

Viru-hito se sintió aliviado. Luego le dijo al monje:

- Sabes, confieso que antes de venir sí he pensado en recriminarte por no haber aparecido ayer. Sinceramente, ¿qué habrías pensado?
- Oh... -contestó el monje rascándose la barba-, eso hubiera sido hermoso porque no tendría ni pies ni cabeza


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es sabido que el fiel monje habría aceptado la recriminación por la falta de lógica de su dios, y es bien sabido también que viru-hito le habría perdonado.

La no-lógica en sus dogmas habla de llevar al límite, apretar las tuercas, cargar… solo como prueba de su disparatada, irracional e inverosímil fe, y que el quinto mandamiento dice: Harás caso omiso a lo que no se fundamenta, pues ya conoces que tu dios ha de ser escuchado en su no-lógica, y contradecir esto sería no comprender lo disparatado de su ley.

Más tarde en aquella noche, Viru-hito le dijo al monje:

-Conozco la pureza de tu corazón, fiel seguidor, ya sabes que no dar importancia a lo que no la tiene y aun así decirlo, forma parte de lo que la no-lógica dicta, sin embargo he de asegurarme de que lo escuches, porque si tuviera sentido, no sería irracional.


gobelinn ;)

EL CAPITAN FONZOLLO dijo...

te rogamos oyenos... amén!!!